
Os presentamos una nueva sección en nuestro periodo sinodal.
Con el objetivo de recopilar los eventos en el camino recorrido y el horizonte que se nos presenta en los próximos meses hemos creado una línea temporal que podréis encontrar en nuestra web.
Además inauguramos sección de noticias para levantar “acta” de los hitos más importantes de este camino común, así si te incorporaste una vez comenzado el sínodo podrás conocer todo lo que hemos hecho, y si formaste parte activa desde el principio, te ayudaremos a revivir cada uno de los momentos.
¡Seguimos haciendo lío!
El sábado 21 de noviembre de 2020, se vivió en la Diócesis de Orihuela-Alicante, un antes y un después para los jóvenes. Por fin se presentaba el tan esperado Sínodo Diocesano de Jóvenes.
Contamos con la presencia de nuestro obispo Don Jesús Murgui que nos animó a recorrer este camino con alegría. Está claro que Dios quiere hacer partícipe a la juventud de algo muy grande. También contamos con la presencia de don Antonio Martínez encargado de la Pastoral Juvenil de la diócesis y con Virginia Belmonte coordinadora del Sínodo.
Ese día fue el principio de este camino sinodal que estamos recorriendo todos los jóvenes y del que se esperan grandes frutos.
El pasado Sábado 27 de marzo tuvimos un encuentro de jóvenes diferente. Marcado por las restricciones este encuentro se realizó vía zoom.
Él obispo Don Jesús Murgui acompaño en todo momento a los jóvenes convocados.
En el encuentro hubo momentos de oración y testimonios de jóvenes en su vida de fe.
Me llamo María, tengo 26 años y me gustaría compartir con vosotros mi testimonio sobre la Vigilia de Pentecostés que se celebró el pasado 22 de mayo en la parroquia San Juan Bautista de Alicante.
Ese día fue muy especial para mí.
Me invitó un gran amigo y también vicario de mi parroquia, me comentó que era una Vigilia de Pentecostés organizada por jóvenes. Rápidamente dije que sí. Me hacía especial ilusión un encuentro entre jóvenes que compartíamos la fe católica, y aunque esa misma tarde tenía que trabajar, me abandoné a la voluntad del Señor y le dije: “Si debo estar allí tú moverás los hilos necesarios para que eso ocurra”. Y así fue.
Me sorprendió tanto ver una Iglesia LLENA de gente joven, que no cabía en mí de la emoción, de como todos compartíamos un mismo sentimiento, esa necesidad de estar cerca del Señor, de hablarle, agradecerle, de SER con Él…
El Espíritu Santo estuvo tan presente y de una manera tan intensa que esa Llama de Amor divino iluminó mi corazón y llenó mi alma de paz y de gozo, y aunque no siempre permanece esa sensación y en el día a día hay altibajos y dudas, confiar en Dios y en nuestra Madre la Virgen María y dejarles entrar en tu vida es uno de los mayores regalos que se puede tener. ¡Qué afortunada me siento!
TESTIMONIO DEL FÓRUM PASTORAL JUVENIL
Me llamo Blanca Esquerra, tengo 21 años y pertenezco a los grupos de nueva evangelización de Effetá en la Parroquia “María, Madre de la Iglesia”.
Hace unos meses empecé a entender qué significaba formar Iglesia de verdad. “La Iglesia es algo humano y divino al mismo tiempo. Un torrente por el que fluye en nosotros la vida.” (Curso de fe). Es decir, que Jesús a través de ella vive en nosotros. Es Jesús vivo viviendo en cada uno.
Es por ello por lo que no debemos cerrar las puertas y movernos solo en nuestras parroquias o comunidades, sino entrelazarnos y construir con todos una Iglesia mejor cada día, ya que, como nos dimos cuenta también en el Fórum, nos encontramos en busca de lo mismo, del amor de Dios. La Iglesia debe ser “signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (Lumen Gentium)
De esta manera, comencé a participar en las actividades que organiza el Sínodo Diocesano de Jóvenes de Orihuela-Alicante con el fin de dar a conocer las inquietudes y opiniones de los jóvenes y así poder renovar y actualizar una Iglesia joven. A continuación, voy a explicar concretamente mi experiencia en el Fórum del Sínodo.
El viernes, tras una semana un tanto agotadora para algunos, llegamos al Centro de Congresos de Elche, donde empezamos a poner cara a las personas que nos acompañarían esos dos días. A continuación, Mons. D. Jesús Murgui, D. Raúl Tinajero y Virginia Belmonte nos recibieron con unas acogedoras palabras con las que nos mostraban sus agradecimientos por hacer posible esta realidad, la cual quiere mejorar, renovar y actualizar una Iglesia joven y universal.
Seguidamente, Dña. María Teresa Ruíz presentó las conclusiones de las respuestas recogidas en los formularios que se realizaron en febrero tanto a personas creyentes y no creyentes; esto nos dio una visión general de lo que piensa y busca de la Iglesia el joven de hoy en día. Finalmente, la conferencia terminó con la exposición de los temas de la charla y con un juego que nos incitaría a un diálogo posterior al ver las respuestas de otros jóvenes ante preguntas que en ocasiones creemos que todos pensamos igual.
El día acabó con una bonita vigilia de adoración, nada más y nada menos que en la Basílica de Santa María. Allí nos encontramos unos cuantos jóvenes de rodillas ante el Santísimo pidiendo por lo mismo, por nuestra
Iglesia. Impresiona pensar que un pequeño grupo de jóvenes, en una pequeña ciudad de la Comunidad Valenciana, se arrodilla por una causa tan grande y se siente escuchado por alguien más grande aún como es nuestro Padre, que nos mira con ojos llenos de amor. Con esta preciosa imagen concluyó el primer día del Fórum.
El sábado por la mañana, con legañas en los ojos, llegamos al Colegio Carmelitas en el que fuimos acogidos por otros jóvenes. Una vez con nuestras acreditaciones, camisetas, pulseras y participaciones en la tómbola, comenzamos con la oración de la mañana para hacer presente al Espíritu Santo en medio de nuestro intenso día.
La dinámica que seguimos durante la jornada fue la siguiente: una hora de charla y otra de trabajo en grupo. Las conferencias fueron: La mujer en la Iglesia, Discípulos misioneros, Sexualidad y adicción a la pornografía, y Vocación en la pastoral juvenil. De todas ellas, algo bueno nos llevamos, pudimos dar respuesta a dudas que teníamos, comprender cuestiones que no nos habían explicado bien y aprender nuevas cosas, pero en mi opinión, lo más enriquecedor fue poder hablar con otros jóvenes que habíamos empezado a conocer unas horas atrás, y contrastar opiniones para realizar una puesta en común de lo que queríamos plantearle a la Diócesis respecto a cada uno de los temas. Creo que hablo por todos cuando afirmo que ese día nos sentimos escuchados y partícipes del cambio. Se contó con los jóvenes para poner solución a nuestras propias necesidades espirituales, lo cual me parece un acierto total.
No puedo dejar de dar las gracias a todas las personas encargadas de la organización, a los conferenciantes, a las Hermanas que nos acogieron en el colegio, a los cocineros de esa riquísima paella, a todos los sacerdotes que nos acompañaron y al Obispo por permitir esta revolución juvenil en la Diócesis. Y, por supuesto, gracias a Dios que siempre nos escucha “porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» (Mt 18, 20).
PRÓXIMAMENTE
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